viernes, 5 de enero de 2018

Querida Cris

Querida Cris:
                Desde hace mucho tiempo he sentido las ganas de escribirte, no sólo para agradecerte, sino también para algo más: Necesito respuestas.
No sé si te acuerdes de mí, hace mucho tiempo te escribí una carta el día de tu cumpleaños, era el año 2013, año en que empezaba a salir tu maravillosa obra, “Aliados”, y tal vez uno de los últimos en el que estuve emocionalmente estable. Soy de Venezuela y tengo 23 años, te sigo prácticamente desde muy muy chiquita. Creo que, de alguna manera, tu obra entera causó tanto efecto en mí que tal vez podría decir que gracias a ello hoy soy quien soy. Hoy estudio artes, dejándome llevar por la poesía cuando a veces no sé cómo expresar lo que siento.
            Me había jurado por años jamás perder la esencia de lo que soy y que me permite mantenerme con los pies en la tierra y los ojos en el cielo. Pero la verdad es, que lo he perdido y he intentado de mil maneras regresar a ello, es como la cita de Samuel Beckett que dijiste alguna vez: “Siempre supe que había dentro de mi, un niño que asesinaron el día en que nací. Toda la historia de mi vida fue traer a la vida a ese niño”. Desperté. Desperté pero no de la manera en que me hubiese gustado despertar. Desperté y me di cuenta de que estaba muerta.
            No he tenido una vida fácil. Las decisiones de los adultos cuando apenas era una niña me hicieron pasar por diferentes situaciones. A pesar de ello podía mantenerme porque de alguna manera el arte llegó para salvarme y tus programas no sólo se convirtieron en el reflejo de lo que vivía, sino también en mi escape, salvación y sanación. Por mucho tiempo estuve sin casa, sin techo propio. Mis familiares no nos podían ayudar y de alguna manera siempre había sido difícil el hecho de conseguir un lugar para vivir que fuese nuestro. De esta manera pasé por tres desalojos: la primera vez a los trece años. Allí perdí la mayoría de mis cosas y de mis recuerdos; fotografías de mi abuela y de cumpleaños pasados. A pesar de haber sido muy chiquita pude superarlo y mantenerme tranquila... sobre todo, por mi familia. Pensé que ese tipo de cosas no las volvería a pasar, luego de siete años, pasamos por el segundo desalojo, para mi uno de los más fuertes. Nuestra familia estuvo separada por muchísimo tiempo. Estuve lejos de mi mamá por dos meses y estaba viviendo en casa de una tía. Recuerdo que fue en el 2014 cuando eso sucedió, incluso recuerdo la fecha: 14 de Noviembre. Yo ya estaba aceptada en la escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela y sabía que allí estaba empezando la lucha de mi gran sueño en medio de tanta crisis. Tenía un trabajo de medio tiempo como operadora de Call Center y hacía lazos y cintillos para niños, los cuales vendía en mi trabajo. Me olvidé completamente de otras cosas, era importante hacer dinero para  obtener una casa, pero la verdad era que yo no podía. Ese mismo año también había pintado un lienzo sobre el Rincón de Luz, tu Rincón de Luz… Entonces, había entendido que mientras la familia estuviese unida, a pesar de la falta de techo, podrías mantenerte fuerte y no decaer, porque eso justamente lo que te daba energía. Así entendí a qué te referías con un lugar llamado Rincón de Luz: donde están los afectos y la familia. Así lo creí por mucho tiempo. Pero debo decir que ya no puedo creerlo.
            Esa Navidad no pude pasarla con mi mamá porque yo debía trabajar el 25 de diciembre. Tampoco podía estar con mis tíos. Mi hermana decía que no había espacio en casa de su suegra, así que llamó a uno de sus amigos para que me hospedara allí. Así que pasé la Noche Buena con los amigos de mi hermana, escuchando música de los ochenta, y la Navidad atendiendo llamadas de clientes, que se quejaban con el servicio de televisión por cable de Movistar. Durante ese tiempo yo sólo quería empezar la Universidad y seguir adelante con mi sueño. Había dejado tantas cosas por el problema con el dinero, que estudiar era lo que me mantenía feliz. Había dejado el teatro y sobre todo, dejé de buscar las oportunidades. Permití, de alguna manera, que la situación me dominara. Pasó un mes y mi tía me dijo que ya no podía quedarme más allí. Si, me sentí desamparada, pero por otro lado estaría con mi mamá… En un lugar a las afueras de Caracas y donde, digamos, vivo actualmente, su nombre es San Antonio de los Altos. Allí me sentía más feliz porque estaba con ella y al fin no estaba sola. Estábamos viviendo en un apartamento que una de mis tías cuidaba, mientras los dueños estaban fuera del país. En ese lugar estuvimos viviendo mi mamá y yo año y medio. Yo ya había empezado la Universidad y había comenzado una relación maravillosa. Descubrí que no sólo me  gustaba escribir, pues verás, también quiero ser productora y actriz, no obstante y además de ello, la fotografía me hizo más sensible a la hora de ver ¡De ver lo invisible! Y que nada, absolutamente nada se logra sin luz. Que incluso es necesaria en medio de la oscuridad. Comencé a hacer  autorretratos, descubrí que era un medio que realmente me permitía conocerme.  Era muy curioso, algo aterrador, pero, en definitiva, liberador. De alguna manera me ayudaba a sanar, a ver y entender el porqué. Algo que el espejo no podía reproducir, pero si la fotografía.
Podría decir que me sentía, en definitiva, muy bien. Teníamos la oportunidad, gracias a una herencia de mis abuelos, de adquirir una vivienda propia. Así estuvimos buscando y buscando un lugar para vivir. La crisis en mi país estaba empezando, el dinero no era mucho y la capacidad de adquirir una vivienda un tanto difícil. Durante ese tiempo mi padre vivía en un apartamento junto con otros empleados de la Panadería donde él trabaja. Sin embargo, a veces se echaba una escapada y se quedaba con nosotras en el apartamento, a pesar de que debíamos hacerlo a escondidas de mi tía. Mi padre tal vez no ha sido el adulto más sensato a la hora de tomar decisiones fuertes, pero he aprendido estos últimos años a perdonarlo y, sobre todo, a entenderlo. En los últimos tres años algo que no sé qué es me ha unido a mi padre. Por primera vez sentí que lo conocía ¡Y no sólo eso! a medida que observaba podía reconocer en él parte de lo que soy, podía entender sus miedos, frustraciones, deseos, sueños y de por qué a veces hace ciertas cosas, de por qué, a veces, se vuelve débil. Sé que mi padre se ha sentido sólo ¡Y no es de menos!”, pero antes de decir por qué, me gustaría terminar de contar la historia.
            En Junio del 2016 mi tía nos dice a mi mamá y a mí que debíamos irnos de ese apartamento en una semana. El mismo día que nos dijo eso, había comenzado el tercer semestre ¡Recuerdo ese día! No había estado más feliz, sentía demasiada felicidad sólo porque sí, hasta que veo una llamada perdida de mi mamá. No me gusta cuando me llaman en horas de trabajo o de clase, porque sé nada bueno vienen de esas llamadas… Si, no me equivoqué, una vez más estaba pasando ¡Tenía que irme en una semana! ¿Y hacia donde iba a ir?. Hice lo imposible durante esa semana. Estuve mal por varios días, completamente decaída. Me sentía sola, desamparada… No podía creer que eso estaba pasando por tercera vez. Nadie en mi familia podía hospedarnos ¡Nadie! Y no precisamente porque no hubiese espacio, sino porque, lamentablemente, he aprendido que no siempre la familia está allí… Y eso es lo que siempre me va a doler.
El mismo día que pasé el segundo desalojo, había sentido una sensación igual. Era demasiada felicidad, felicidad extrema y felicidad dada por el momento y sólo por él, felicidad que se traduce en ese Carpe Diem que por mucho tiempo me pareció maravilloso. Ese día estaba en una clase de teatro, donde el ejercicio que hacíamos con un globo, se convirtió en un juego por salvar al mundo, pero sin saber que mi mundo cambiaría. Luego de mi tercer desalojo, había conocido a mi novio un mes antes, él lo fue todo para mí desde un primer momento. Pero ese mes sentía una terrible sensación, una sensación de que algo iba a pasar y estaba segura de eso, lo peor es que nunca me equivoqué. Digamos que, por suerte en nuestro último día conseguimos un lugar para comprar. Sin embargo tuve que vivir la experiencia, nuevamente, de ser despojada y de sentir miedo por la incertidumbre.
… Pero tuve la fortuna de que la vida me colocara en el camino a gente maravillosa que no me dejaron sola ni un minuto. La familia de mi novio llegó para salvarme, para abrigarme y aún hoy puedo decir que sigue siendo así. Así que desde entonces me abrieron las puertas de su casa y me brindaron todo el apoyo que tanto necesito. Así lo hicieron y así fue como, en tan sólo un mes de conocer a mi novio, esas personas aceptaron a una completa extraña en su casa. Pasé apenas unos días allí y después me trasladé a nuestra nueva casa con mi familia. Si, nuestra nueva casa y, sobre todo, nuestra… ¿Nuestra? Por primera vez en mucho tiempo dudé de ello.
No es una casa muy grande, pero es la que tenemos. No tiene más que dos habitaciones, aunque podíamos construir una nueva. Tengo una hermana que es cuatro años mayor que yo, ella tiene una familia: un esposo y un hijo. Así que, de alguna manera, sabía que ellos estarían con nosotros y ¿Por qué no iba a ser así? No podía oponerme a eso, yo los quería junto a nosotros. El problema es que desde un principio mi hermana y su familia tuvieron su espacio allí antes que cualquiera. Ellos no viven allí porque trabajan en Caracas y el pasaje para trasladarse en colectivo es muy costoso, pero… ¿No es acaso lo que yo hago? Debo despertar a las cuatro de la mañana para bajar a Caracas a estudiar y trabajar. Regreso a mi casa de noche y casi siempre con mil obligaciones encima. Yo necesitaba mi espacio para crear, para poder ser y sentirme en paz conmigo misma. Yo no lo tenía ¡En nuestra casa! pero mi hermana y ni siquiera estaba viviendo allí. Bien, ya sabe cómo son los padres, mi madre me cedió su cuarto porque no quería más peleas. Creo que ellos no me estaban entendiendo: Yo jamás me habría opuesto a la idea de que mi hermana tuviera su propio espacio en esa casa y viviera con nosotros. Pero no era ella la persona que vivía en esa casa todos los días y la que precisaba de un espacio a sola. Mis padres nunca entendieron a qué me refería, nunca me escucharon y para ellos cederme su habitación, haría que todo terminase. Pero el problema es que ellos no sabían a qué me refería. Mi hermana decía que yo debía ganarme ese cuarto, que debía trabajar para obtenerlo. ¡No lo entiendo! Si estuvimos mucho tiempo sin hogar y ahora que al fin lo tenemos ¿Por qué quieres excluir a alguien? ¿Por qué debo ser la hija que trabaje por su propio espacio en nuestro hogar?. Así fue por mucho tiempo. La situación en el país cada vez se ponía peor y la comida se acababa en casa; con un solo sueldo no podíamos abastecernos y yo no podía conseguir un empleo que me mantuviera tranquila. En ese momento aún trabajaba para una línea de ropa como modelo y la paga era muy mala, cuando les pedí que me pagaran un poco más dejaron de llamarme y así estuve sin empleo por casi un año.
En Venezuela, querida Cris, las cosas no están nada fáciles, sobre todo para la gente asalariada. Cada vez es más difícil comprar comida, debes limitarte a comprar cosas porque también tienes servicios y transporte que pagar, esto se convirtió en un “La supervivencia es del más apto”. En este país se hacen colas para conseguir los productos regulados, aunque debo decir que ahora hasta esos, son costosos. La comida cada vez se acababa más rápido, las cosas iban en aumento y yo seguía sin encontrar empleo. Temía vivir lo mismo que cuando era niña: Casi no tenía nada comer, mi mamá me mandaba al colegio con un pedazo de pan sin nada o a veces no teníamos dinero para comprar un ticket de metro, así que teníamos que irnos caminando de madrugada hasta el colegio. Yo estudiaba en un colegio Elite, de monjas y niñas y sufrí mucho bullying por ser –como alguna vez me llamaron- pobre. Incluso lo vivió con las propias monjas, cuando mi padre ya no era el dueño de su propio negocio y ya no podía obsequiarles tortas y pan, sino que pedía tiempo para buscar el dinero y poder pagar la mensualidad del colegio de sus hijas. Ellas se burlaron de él, no lo entendieron  y lo humillaron hasta el último día que estuve en ese colegio. Yo ya no quería pasar por eso, ya no quería vivir ese miedo de no tener para comer, para lavar o para trasladarme. Así que pedía que por favor, hicieran rendir la comida, se estaba gastando muchísima y muy rápido y el dinero se desvanecía de las manos. Allí empezaron las fuertes peleas en mi casa. Me sentía completamente fuera de lugar: Nadie me escuchaba, nadie podía entenderme. Incluso no podía ni estudiar. A veces debía irme a una plaza a leer porque el ruido era insoportable y no podía concentrarme. Había sido, además, un semestre difícil para mi, donde sentía el enorme peso de conseguir un trabajo que me permitiese estudiar a la vez. Había pasado varios meses, era la navidad del 2016, sentía que mi sostén, sin duda, era mi novio. Por primera vez me estaba enamorando profundamente: Su alma y la mía podían ser perfectamente una. Ramón, mi novio, se convirtió en mi Norte… Recuerdo exactamente lo que solía decirle: “Que el destino siempre era el Sur, que la vida estaba allí y que para poder llegar debía siempre mirar al Norte”. Muchas veces sentía culpa, sentí que le arruiné la vida. Él no tenía ni idea de las cosas que se podían vivir, no había conocido a alguien tan cercano que pudiera padecer de tantos problemas. Su vida es diferente a la mía, por eso siento que a veces lo único que hice fue sucumbirlo a tanta desgracia. Mi novio no tenía que vivir lo que yo estaba viviendo, él sólo tenía que seguir siendo un joven que soñaba con patinar y ser un artista del tatuaje. Temo que no fui la novia que él esperaba: Una feliz, sin complicaciones o conflictos. Mi novio ha estado allí, sin duda lo ha estado. Pero en los últimos meses me ha pedido que no lo agobie, me ha pedido que por favor no le cuente lo que me sucede. Entonces, tuve que aprender a guardar todo lo que me pasaba. Mi novio me decía una y otra que había perdido vitalidad que no era la misma chica del principio… Y no se equivoca. Aprendí a guardar cada cosa que me pasaba. Yo debía estar feliz por cosas simples y valiosas, como tener salud y familia… ¿Familia? He sentido desde que vivo en esta casa que no soy tomada en cuenta, ya no siento los afectos y me encuentro completamente despojada de todo. Poco a poco a mi novio le dejó de interesar cualquier aspecto de mi vida, pero no vacilaba en creer que yo podía estar con alguien más… francamente no es así. Le pedí un tiempo para sanar mi corazón, yo realmente estaba mal por mi familia, por los conflictos del país por la falta de dinero y por todo lo que, poco a poco le iba pasando a mi padre. Me estaba sucumbiendo en una terrible depresión, el paro no me permitía estudiar o buscar un empleo, una de mis mejores amigas simplemente no quiso hablarme más y mi papá sufrió un accidente durante las guarimbas este año. Por suerte todo salió bien, por suerte no fue peor, pero ¿Qué más cosas debe soportar mi papá? Poco a poco iba hablando a mi hermana, sentía que mi relación con ella podía volver a ser la misma. Pues, verás hubo algo que olvidé mencionarte. Durante el diciembre del 2016, mi hermana dejó de hablarme por completo, yo le pedí disculpas, pero ella no quiso reconocer que también cometió un grave error. Me bloqueó de todas las redes sociales y me empezó a tratar como una perfecta desconocida. A veces nos vemos por la calle y ella pasa a mi lado como dos extrañas que jamás se han visto en su vida. Mi hermana lo era todo, aunque a veces me sentía reprimida por ella. A veces sentía que esa niña vital que me ayuda a vivir no podía estar presente. Ella se burlaba o se quejaba por cosas como esas, pero… ¿Acaso no era lo que me mantenía feliz y viva? El accidente con mi padre nos unió, pero no por completo. Ella aún seguía molesta y entiendo que lo haya estado, pero yo le pedí disculpas, incluso mi novio lo hizo aunque ella no quería escucharlo no por un segundo. Mi hermana siempre odio ese lado infantil de mí, siempre odio que yo mantuviera felicidad y vitalidad gracias a tus canciones. Muchas veces me sentí reprimida, incluso llegué al punto de escuchar todo a escondidas… Si, se parecía a una dictadura. Poco a poco fui perdiendo no sólo los afectos de la gente que amo y me rodea, sino también lo que juré jamás perder: mi verdadero yo. Siento, sin dudas, que ese lado de mí que tanto me caracterizaba fue asesinada el día en que me vine a vivir a mi nueva casa, a ese Rincón de Luz que yo tanto anhelaba y buscaba. Cris… Yo no puedo creer que esté pasando tanto. Yo no puedo creer TANTA DESHUMANIZACIÓN, ¿Qué es lo que está pasando? ¡No puedo entenderlo!. Yo he cambiado y mucho, sin duda no soy la misma persona. A veces parezco un monstruo porque cuando no me escuchan yo actúo de otra manera. Ya no quiero vivir de esta manera, mi madre no ha dejado de decirme que le he arruinado la vida y que soy la culpable de que a veces mi padre llegue borracho a la casa: “Es que tú peleas por la comida” –dice- Y yo sólo quiero que entiendan que realmente las cosas están muy difíciles. Mi madre, sin duda está sucumbida en una depresión que no le permite hacer nada. Se queda todo el día en casa viendo televisión y no es capaz de salir. A veces se queja porque dice que no hace nada con su vida, porque no sale y siente que se está muriendo, pero… No lo entiendo, entonces ¿Por qué no sale? Yo he tenido que dejar de vivir a mis 23 años para estudiar y trabajar. A veces tengo que salir a comprar la comida yo, porque mi mamá no va. Es una persona completamente dependiente de mí, y cuando quiere hacer algo necesita hacerlo acompañada. ¡Entonces no entiendo! ¿Por qué no me apoya como lo hacía antes? ¿Por qué no me escucha? ¿Por qué no hace un esfuerzo porque todos actuemos como familia y no sólo unos pocos? ¿Si depende tanto de mi, por qué me hace sentir como la inquilina de la casa y me dice que me vaya, pero después me somete y me exige que esté con ella? ¿Por qué, qué es lo que quieren en este momento de mí?... Mi novio una vez me dijo que el día en que ya no viva con mis padres, yo podré estar feliz y la verdad es que nos se equivoca. Pero, entonces, ¿Dónde quedó ese Rincón de Luz que tanto queríamos? ¿Dónde quedó la familia unida que éramos? ¿A dónde se fueron los afectos?. En este último mes me he sentido más sola que nunca. Ahora que mi hermana está embarazada y corre riesgo me repitieron más de una vez que no le arruinara la Navidad a nadie, que no la hiciera molestar. Pero juro por Dios que no lo hago. Mi hermana tiene un carácter muy fuerte, mi hermana es otra persona o tal vez es ahora que la estoy conociendo. Hace mucho le había dicho a mis padres que el día en que ellos no estuvieran ella me iba a sacar de esa casa. Ella tiene una ley que la protege y la verdad es que yo quiero lo mejor para mis sobrinos. Mi madre me dijo que eso eran cosas mías, que mi hermana no iba a hacer eso. Hace varias semanas me amenazó y me dijo: “Te juro que cuando me venga a vivir definitivo acá, vas a ver el diablo porque yo misma voy a hacer que no estés aquí”. Si, esas fueron las palabras exactas porque me quedaron grabadas y me dieron vueltas esa misma noche, porque sabía que estaba sola. Por primera vez en mi vida supe lo que era sentirse desamparada y no tener a nadie con quien hablar, sentirse en verdad solo y con el corazón lleno de agujeritos. Supe durante todo ese tiempo que era realmente el dolor. No había tenido un dolor tan fuerte como ese, como dijiste tú una vez: Un dolor que me partió el alma y me dejó sin techo ni piso. Mi mamá me había dicho que ella sólo decía eso porque yo la hice molestar. Pero luego pasaron días y ella volvió a amenazarme con que firmaría esta casa y que podía asegurar que aquí no me iba a quedar.
Cris, estos últimos meses realmente han sido difíciles. He tomado la decisión de aislarme de mi familia y comenzar a independizarme. Pero en este país no es posible. Los alquileres son realmente muy costosos, y me refiero para pagar una habitación. Somos una juventud muy frustrada y limitada, es por ello que somos más los que queremos emigrar para seguir nuestros sueños, sólo que con algunos no es posible. Actualmente sigo estudiando la carrera de Artes, pero voy por la mitad de la carrera y por como van las cosas cada vez es más difícil estudiar. Estoy trabajando, a su vez, y por suerte ya tengo trabajo, como guionista en la radio del Ministerio de la Cultura, sin embargo, y por razones obvias tengo muchos límites a la hora de escribir, al punto que mi obra termina siendo transformada hasta convertirse en algo ajeno. El dinero apenas me puede alcanzar para medio comer, tomando en cuenta de que debo, mientras sigo viviendo con mis padres, ayudar en la casa, porque sólo mi padre y yo trabajamos. Creo que mi papá más que nadie debe saber cómo me siento, es por ello que nunca se ha metido en las decisiones que tomo y, a su manera, me ha dicho lo mucho que me apoya. Creo que nadie, más que él lo sabe. Pues tuvo que salir de su país, Portugal, para hacer camino. Sentía que allá no lo dejaban ser o vivir, por eso tuvo que seguir su instinto y seguir lo que quería. No obstante, hasta el sol de hoy, aún no sé cuáles eran esos sueños de mi padre y qué era lo que tanto quería. Él aún está ahí y sé que lo estará siempre para mí. Pero no puedo decir lo mismo de mi madre y mi hermana. Me siento completamente atada y sola. No cuento con el apoyo de mi novio en estos momentos, y creo que eso me duele infinitamente.
Querida Cris, estos días donde siento los afectos lejos de mi y completamente despojada de todo he soñado con volver a lo que soy, pero esa niña alegre y optimista ya no está y no sé cómo volver a ella. No la siento conmigo, ni siquiera en los ojos de mis sobrinos, la personita incondicional que está conmigo en este momento. Santiago, mi sobrino, tiene la habilidad de hacerme sentir mejor y demuestra amor como nadie más en el mundo. Él es mi vida, mi pimpollo, mi otro yo, mi todo. Pero en este momento, aunque estoy para él, no puedo encontrarme con mi yo interno de esa manera pura, plena y vital…
En estos últimos días he sentido una sensación terrible, y es que Cris, como diría César Vallejo “Hay golpes tan fuertes en la vida… yo no sé”. Esta sensación me parte en medio. Es como si algo me jalara. Me despierta y es la razón que no me deja dormir. Siento un nudo en el estómago que me golpea y cómo algo me jala el alma y me deja vacía y sin aliento. Me he sentido ahogada, con ganas de vomitar y he llorado como nunca. Siempre que tengo esta sensación es porque sé que algo puede pasar. Me pasó un mes antes de que muriera mi abuela y un mes antes de vivir mi último desalojo. Quiero pensar que no es así. Pero la verdad es que siento que mi espíritu sabe qué va a pasar. En este momento no sé de qué manera lidiar con el dolor, pienso, al igual que tú, que el dolor no es algo que se supere o te haga más fuerte. El dolor me habita, lo padezco y también me hace más consciente. Pero, entonces ¿Cómo cambiar esto? ¿Acaso el dolor no se puede transformar? ¿Cómo transformo el dolor en un momento donde no me hallo y dónde he perdido vitalidad? ¿Cómo hacerlo si la gente que me rodea no brinda ese calor que tanto necesito? Querida Cris, hoy más que nunca necesito respuestas, necesito ayuda, necesito sentir una luz de esperanza. Por eso, con la fe que aún me queda, te escribo a ti, esperando a que leas esto y puedas ayudarme a encontrar luz. Porque por mucho tiempo tu obra me ayudó y me salvó, pero estoy en un momento donde, francamente siento que algo murió.
Gracias por leerme. Te quiero mucho y espero tu regreso… sin duda eres importante para nosotros los jóvenes.
PD: Si no lo había mencionado, mi nombre es Estefanie, pero me dicen Tefie. Así me gusta que me digan, porque así me llamaba mi abuela.


sábado, 23 de agosto de 2014

¡Feliz Cumplevida, Cris!

Querida Cris:

    Hoy es un día muy especial para ti, es tu cumpleaños. Hoy celebras un año más de vida ¡Y lo mejor! Junto a tus hijos, nietos y todos tus aliados en el mundo. Estoy agradecida, feliz con la vida de haber crecido contigo, de conocer ese mundo tan mágico y maravilloso que solo tú puedes lograr.
    Eres un verdadero ejemplo a seguir; una mujer luchadora, constante y siempre dispuesta a mejorar el mundo. ¡ESO ES LO QUE NOS ENSEÑASTE! A cambiar el mundo ¡TODOS JUNTOS! Porque así podremos Volar Mejor… Gracias a ti, hoy, además de ser escritora, quiero producir y transmitir mensajes positivos al igual que tú. Porque yo sé que el arte puede cambiar la vida de muchos, como cambió la mía.
    Gracias por tantos sueños, enseñanzas,  canciones, bailes. A mi sobrino le gusta que le cante la canción de Todo Todo, de hecho, ríe a carcajadas, y yo, yo vuelvo a reencontrarme con esa chiquitita cada vez que estoy con él… ¡Y LA MAGIA ES LA MISMA! Porque simplemente siempre estuvo allí, cuidando que la adulta que deseaba ser no se perdiera.
     No puedo terminar esta carta sin antes desearte lo mejor. Espero que tu viaje por la vida permanezca por mucho tiempo y que sigas iluminando la vida de los niños. Estoy segura que en el cielo o en otro plano existen miles de seres de luz acompañándonos en nuestro camino… y tú, tú tienes millones de ellos que te dan fuerza para seguir adelante, ¡Y claro! Tienes a la mejor aliada del mundo, Romina, nuestra eterna pimpollo con alas.
     Una vez más GRACIAS. GRACIAS por enseñarme a luchar, a resistir, a no olvidarme de mi chiquitita, perseguir mis sueños y nunca abandonarlos… Gracias por ser mi aliada incondicional. Espero algún día cumplir mi sueño y conocerte, y así, poder agradecerte en persona todo lo que aprendí contigo.
Besos y saludos desde Caracas, Venezuela
Te quiero
Estefanie Rodrigues



viernes, 23 de agosto de 2013

¡Feliz Cumple Cris Morena!

    A los 5 años conocí un mundo diferente, cuando llena de emoción y sueños prendía la tele para ver Chiquititas. Enseguida entraba en ese mundo maravilloso. Donde Rincón de Luz se transformó en mi segundo hogar  y todos los chufos y las chufas mis amigos. Cada vez que sonaban las canciones, me paraba en medio de la sala a bailar cada tema: Todo todo, hasta diez, Chiquitita, la edad del pavo, ¡Y claro!... Pimpollo.
            Poco a poco fui conociendo más de estos mundos que solo tú podías crear. Si me encontraba triste, sin ánimo, desolada,  sabía que con tu magia lo podía olvidar y sanar.  ¡Si! Como dice una de tus canciones “Si tu corazón tiene agujeritos, con nosotros lo vas a sanar”.  Olvidaba mi realidad, como lo hacía con mis libros de fantasías. Entraba en otro mundo. Uno mágico, lleno de sueños y esperanzas.
     Un mundo mejor  ¡Yo sé que se puede lograr! Yo sé que juntos lo podemos cambiar.  Yo sé que el universo nos traerá algo increíble. Gracias a ti creo en cosas que pensé que eran imposibles. ¿Imposible? Solo si no lo intentas. Uno tiene que perseguir sus sueños. Correr hasta alcanzar la meta y solo creer en que tarde o temprano ellos se hacen realidad. Ser pacientes, pues las mejores cosas de la vida tardan en llegar.
     Y si, aquí estoy escribiendo una carta a una idola. Me quedo sin palabras, pues es tanto lo que tengo que decirte, que ni sé por donde comenzar. ¡Siempre me pasa! Me cuesta cómo empezar una carta pero casi siempre sé como terminarla. Quiero decir, es tanto lo que hay que decir, que esto no parece suficiente.  Aunque podría empezar por explicar lo feliz que me encuentro, ya que la noticia de tu regreso me lleno de alegría. Fueron 2 años sin ver  y escuchar esos lindos mensajes que año a año me ayudaron a crecer, y hoy la historia regresa, aunque no solo se trate de mí. Esta vez millones de niños y niñas conocerán tu nombre  y entraran en uno de tus cuentos. Has marcado la vida de generaciones y espero que marques la de mis hijos. ¡Eso quiero! Que crezcan escuchando tus canciones y que “Pimpollo” sea su cuento favorito antes de dormir.
    Quiero que mis hijos crezcan llenos de sueños, de esperanzas, de magia. Quiero que nunca pierdan la fe. Que día a día crean en sus sueños. Que estén llenos de valores, de humildad, de amor para dar… mientras tanto yo sigo aquí, creyendo en tu magia. Tengo 19 años y sigo siendo esa chiquitita soñadora de cuando tenía 5 años. ¡Y HOY EN DÍA SUEÑO EN GRANDE! No veo límites. Sueño con escribir muchos libros, con hacer una película y ganarme un Oscar, con hacer teatro y Televisión, y claro, sueño con un mundo mejor… Y todo esto es posible porque tú nos lo enseñaste.
    Soy una chufa soñadora, una rebelde que pelea contra todo lo que es injusto,  un ángel que resiste día a día… Y por supuesto, soy tu aliada que desde Caracas, Venezuela te dice ¡GRACIAS! Gracias por todo y por lo que vendrá.
   Hay gente fantástica que se le conoce en mal momento. Y hay gente que es fantástica porque se la conoce en el momento adecuado, y esa eres tú. Sé que algún día te conoceré y será justo en ese momento donde te agradeceré por todo lo que hiciste. Y bueno, como cualquier lector o escritor me buscaba a mi misma en esos momentos donde veía mucha oscuridad. Pero contigo se aprende a nunca bajar los brazos ¡QUE BELLA ES LA VIDA! ¿No? Porque hasta de los peores momentos nos podemos reír y buscar la luz, esa que nunca dejó de estar dentro de nosotros.
¡Feliz cumpleaños por un año más! Disfruta a pleno en este día con tus bellos nietos, y tus allegados.  Que recibas el triple del amor que has dado todos estos años. Que la sonrisa de tu rostro  nunca se apague y que tu alma se eleve de aprendizajes. ¿Y te digo un secreto? Estas igualita. Se nota que eres un ser bueno y lleno de luz, porque eso se ve en la imagen. 
                                                                                                   Buenas vibras y muchos éxitos
                                                                                                                       Con amor, Tefie.

PD: Yo sigo resistiendo como esa rebelde que está en contra de todo lo injusto. Y junto a mi está siempre mi chiquitita, mi partecita que me recuerda a comprender cómo hay que vivir. Te amo.





sábado, 6 de julio de 2013

Causa y Efecto

    Todo está en pleno silencio, tan solo escuchas caer un par de gotas en el lavabo. Te regresas a la realidad. Abres los ojos. Todo a tu alrededor te sigue pareciendo una completa basura. El mundo en el que tú creías vivir ¡Se esfumo!... Y solo se convirtió en un simple sueño utópico.
   ¡Que asco de mundo! Cada que vez que exploro la patética y cruda realidad, mi hipótesis se vuelve fuerte: Las personas como las conocías pasaron a formar parte de los cuentos infantiles. Se han perdido en el reflejo de su infinito egoísmo.
   El mundo como lo conocía ya no existe, ¡Y si! Tan solo me encuentro redundando una y otra vez la misma frase,  la misma a la que quiero que le prestes atención ¡Solo quiero que entiendas lo que estás leyendo! Y que comprendas que tú y todos, se encuentran encerrados en una burbuja llena de tan repulsiva ignorancia acompañada de antivalores. No esperes paciencia ni compasión de mi parte, solo te escribo para que sepas lo que pienso de ti y de tu asquerosa vanidad, de tu falta de talento y creatividad y de tu poco interés sobre la vida.
   Y bien, ahora que lo pienso, todos se han convertido en completos seres insignificantes, sin ningún tipo de sentimiento o conciencia moral. No se si será mucho decirlo pero… Siento asco, odio, desencanto ¿Preguntas si es hacía mi? ¡No! Es hacia ti y tu aura negativa que te sigue a todas partes. Esa que se encarga de destruir a los demás y reafirmar tu desagradable ego.
   Podría decirte que no te escribe una persona igual a los demás ¿Eso tiene sentido para ti? ¡No lo se! No me importa, pero… ¡OBSERVA Y ANALIZA CON ATENCIÓN! Yo no soy alguien especial pero tú tampoco lo eres, querida. Digamos que, solo somos dos seres diferentes con capacidades y coeficientes desiguales: Yo soy el alto, ese que siempre aspira a más, logra sus objetivos… No ve límites. Intervengo en el juego. Les volteo los planes a quienes atentan contra mi…Tranquila, creo que te estoy asustando, pero, ¡Si! No te he dicho quien eres tú ¡Claro! ¡Si tú! Me pareces a aquellas personas ¿Sabes no? Esas que se encargan de colocarle obstáculos en los sueños de otros ¡Pero tranquilízate! Espero que no estés llorando, tan solo llevo la mitad de esta pobre carta y debo decir que nunca fui tan sincera.
   Creo que es algo raro ¿No? Te observe semanas atrás y parecías una flor, ¿Qué pasó? Tan solo te marchitaste y tus espigas ya no eran ni la mitad de fuertes de lo que aparentabas ser. ¿Qué te faltaba? ¿Agua? ¿Sol? O tal vez no recibiste el amor que no dabas. Creo que estoy siendo dura, pero es algo que no me importa en lo absoluto. Quiero decir, de esto se trata, de lidiar con lo que no te agrada. Y… no es que tú me agrades, creo que hasta no me apetece escribirte. Solo terminaré por escribir lo tan insignificante que me resultas, y como debo intentar ser cortés, aunque no lo desee. Te deseo suerte en tu vida, ojalá te encuentres con millones de hijas de putas al igual que tú.
    Ya debo terminar, pero no sin antes decirte lo excelente que me está yendo en la vida y de lo feliz que me siento porque tú no estás en ella. Bien, espero que te encuentres de maravilla en la tierra de los miserables, aunque me han dicho que no es muy agradable por allá. No se si me entiendas, es solo que la gente no suele embarrarse de excremento, aunque por lo visto tú eres experta en eso. Sabes, es ahora cuando me pregunto el por qué lloras, si hace unos días reías como una niña, mientras observaba su programa favorito. Supongo que así es la vida y así las lecciones que da, pero… ¡No te preocupes! Intentaré escribirte más seguido para saber como te encuentras, aunque creo que no es necesario.
Recuerda no escupir hacia arriba si no quieres que te caiga en el rostro
El Karma.

PD: Tal vez esté mintiendo en las últimas líneas. Así que procura leer esta simple y desencantada carta, cada vez que recuerdes que tu vida es una mierda. 
 

viernes, 9 de noviembre de 2012

Los Tiempos que vivimos

     Es como si fuera una paradoja… O bien, simplemente una locura que está viviendo mi mente. Si tal vez hubiera conocido a María, sabría el por qué el mundo a mi alrededor da vueltas sin cesar, pero jamás me interesó saber de ella. Solo piensas en medio de la multitud, que sigue de largo mientras te detienes a pensar. Escuchas y no escuchas la cantidad de ruido que los autobuses producen; olfateas la cantidad de monóxido que estos sueltan y cuando alzas la mirada y miras al cielo, te encuentras con miles de rascacielos que obstruyen la vista de  hermosas, altas y fuertes montañas. Devuelves la vista, y cuando miras de nuevo, las personas caminan exaltadas y distraídas con sus teléfonos de última generación en mano…. Uno de ellos no se dio cuenta ¡Y cuando despertó! Se encontraba en un hospital a salvo. Pero ni eso faltó para que la comunicación fuera como antes; ya no nos vemos las caras, ahora todo está tan frío y seco.

       Por un segundo piensas en una eternidad y justo ahí es donde te das cuenta que nunca mucho fue bastante ¡Y la vida! La vida, es más corta de lo que todos creíamos. Te pasó por delante y poco fue el tiempo que tuviste para atraparla. Recapacitas. Te preguntas qué es lo que haz hecho todo este tiempo por el mundo y sales de nuevo a la calle a buscar árboles u arbustos, pero la cantidad de flora muerta en los últimos 10 años, ha superado a  los que se han plantado. Decides volver a mirar el cielo, esta vez desviarás la vista de los rascacielos y anhelarás mirar uno tan azul como en las pinturas de arte o los campos, muy lejos de la civilización. Sin embargo la ciudad no deja de ser un trajín, un corre, corre,  un sinfín de emociones irritantes y de amarguras ajenas temporales. Al menos respiras, o eso es lo que tú crees…. Quiero decir ¿Alguna vez haz respirado aire puro y fresco? o ¿Solo haz escuchado está repetida frase en la televisión? La noche cambia y el clima también, pero pocos son los que piensan en la cantidad de  perros que se encuentran en la calle refugiándose del frío o de las personas que buscan entre botes de basura comida para sobrevivir.

      Luego me distraigo y miro a tres metros de mí y unos niños se preparan para una gran fiesta, mientras que en otra parte del mundo, quizás, hay niños que siguen jugando en las veredas, buscando materiales que se parezcan a un bate de béisbol  Las bibliotecas están vacías, porque muchas de ellas fueron remplazadas por cybers-café. Ya no se acordaban de los pequeños detalles; una rosa era insignificante  al lado de extravagantes obsequios. Nos encontramos en “Plena Cultura del Envase”  donde todo lo demás importa más que el mismo ser o sentimiento. Te das cuenta que tu temor más grande no es morir, sino de preocuparte por cual será el mundo que le dejarás a tus hijos y nietos… Y después de tanto pensar, solo te preguntas: ¿Qué dibujarán los niños del futuro, cuando deseen pintar? Serán edificios altos, automóviles modernos, un cielo gris y un mundo lleno de tecnología ó decidirán pintar ese paisaje verde con flores de colores, un cielo azul y un arcoíris que simboliza el despertar después de  una tormenta de un renacer esperanzador.

martes, 3 de julio de 2012

En el Cielo



      Todo el mundo puedo decir que su vida es miserable, incluso, yo misma llegue a decirlo. Pero es como decía él ¿Viste? Solo necesitas de ese impulso de energía para darte cuenta de que todo lo que necesitabas se encontraba en tus propias manos y que a partir de ahí, solo tú decidías que hacer con ello. Pero  tal vez, es en ese preciso instante cuando descubres que todos los errores no son más que tus propias acciones y que aunque no todas pueden ser reparadas, tampoco pueden ser repetidas como barajitas de futbol. Era algo curioso, loco y bueno… sin explicación, pero una vez que te das cuenta que la vida no es más que un juego con reglas e instrucciones que debemos seguir, ya sabes que desistir no es la mejor opción y que si tan solo decides continuar hasta el final sin darte  por vencida, la recompensa llegará a ti en el momento que menos lo pienses. ¡Si! Así me pasó a mi, y tuve la oportunidad de volver a nacer ¿Saben?  A veces es imposible de creer, pero… ¡Es cierto! La vida está llena de magia, felicidad y placer. Solo necesitamos de una llave que nos abra las puertas del alma y así tener la certeza de que vivir es un verdadero arte.

     En las películas siempre había un personaje que deseaba morir, uno de esos que creía que nada bueno hacía en la faz de la tierra, pero que después algo increíble sucedía logrando cambiar la trama de la historia. Pues, algo parecido me sucedió a mí, y bueno, no es que mi vida sea una película de Hollywood llena de tragedia, romance, acción y drama. Pero estaba segura de que  tenía ese toque mágico que todos los cineastas colocaban en sus películas para ganarse aquella deseada estatuilla de los premios a la academia.

     Hace dos años  tenía un novio, ese con el que crees que estarás el resto de tu vida. Lamentablemente no fue así; y ahí es cuando te das cuenta  que aunque las personas se marchan  sin saber por que, sabes que de una u otra forma estarán siempre a tu lado guiándote hacia ese camino que es correcto. No era una mujer  divertida y mucho menos con ganas de festejar todo el tiempo, se podría decir que tenía un humor del asco. Todas las mañanas cuando salía al trabajo, se escuchaba a los vecinos murmurando entre ellos: “¡Miren! Ahí viene Ana María, amargada como siempre. Al parecer se volvió a pelear con la vida”  ¡SI! Eso se decía de mí, y no es que lo vaya a desmentir, la verdad es que estaban en lo correcto. Sin embargo,  poco me importaba lo que se comentaba de mí en el pasado, se podría decir que nunca tuve amigos en el  barrio, siempre jugaba sola en casa y durante mi adolescencia me mantenía  en mi dormitorio estudiando y leyendo. Casi no recibía postales ni tarjetas de felicitación en mi cumpleaños o en Navidad y bueno, tampoco asistí a mi fiesta de graduación durante el preparatorio. “No necesito de nadie, puedo con mi fracasada vida yo sola” ese era mi lema. Pero a pesar de todo había alguien que me hacía ser una mejor persona, alguien que sabía realmente quien era yo y que a pesar de las circunstancias podía entenderme y nunca juzgarme. Ese era Santiago, una de las personas que mas ame en mi vida, junto a él estaba dispuesta a formar una familia, esa con la que uno siempre sueña. Mi mente se desviaba  cuando estaba a su lado, es decir, Santi era la paz, la tranquilidad, pero  principalmente era mi equilibrio; ese bienestar que lograba consolidar al final de la tarde cuando salía del trabajo y él me esperaba afuera siempre con una sonrisa y dispuesto a sorprenderme.

    “Tienes que descubrir ese acertijo que el día a día te trae, tal vez te consigas con cosas increíbles” eso decía Santiago, de hecho, lo repetía contantemente sobre todo cuando estaba de mal humor, lo cual debo decir era casi siempre. Me hubiera gustado amar la vida, tanto como a él desde un principio, nunca le buscaba un lado negativo ante tales circunstancias; siempre era tan alegre, tan audaz, tan prospero y decidido de si mismo. Eso era lo que yo no era y por más que me esforzaba a serlo, terminaba por amargarme mas la vida por razones que no tenían sentido alguno. Sin embargo, es ahora que entiendo más todo y sé que nunca es demasiado tarde para cambiar.

        Algo terrible me ocurrió hace dos años, no se con exactitud como transcurrieron los hechos, pero fue lo que me comentaron mis padres. Supe que estaba embarazada, ese momento si lo recuerdo perfectamente, ¡Nunca estuve tan feliz! Enterarme que alguien a quien yo ya amaba crecía dentro de mí fue lo más hermoso que me pudo haber pasado. Sin embargo, no se como, no se por qué… Pero una mañana cuando despierto y voy al baño comienzo a sangrar, así que me fui de emergencia a la clínica, donde los médicos me habían dado la noticia de que había perdido al bebé por medio de un aborto espontáneo. No se si la gente podía interpretar el dolor que sentí en ese instante ¿Alguna vez les ha pasado? Quiero decir, toda persona que haya estado en la misma posición sabe que puede ser uno de los más bajos momentos que a una mujer le puede pasar.  Aunque… tal vez haya sido una persona muy egoísta, solo pensaba en mi y en como me sentía, pero… ¿Y Santi? Él se sentía igual de mal y aun así solo le preocupaba mi bienestar; pensó en mí más que en nada y yo, ni siquiera me había tomado la libertad en preguntarle como se sentía.

    Estaba disgustada, enojada, enfrentada ante la vida misma. ¿Por qué me sucedía este tipo de cosas? Es que, ¿Nada bueno puede pasarme? Yo no quería seguir viviendo, por más que lo intentaba no lograba hallar ese esplendor de luz que llenaba de alegría todo mi existir. Todo el mundo me lo repetía, ¡Por supuesto que si! Constantemente, como esa famosa canción que no deja de sonar en la radio: “La vida tiene altos y bajos, pero no puedes quedarte en el piso ante la primera caída” sin embargo, ¡No escuchaba! Estaba totalmente sorda, como cuando le hablas a un niño y le explicas una compleja ecuación matemática, él oirá cada una de las palabras, pero jamás entenderá lo que tratas de decir, bueno, ¡Así me encontraba!... Quería que la misma tierra me tragara, que una bala perdida me traspasara a mí o que simplemente una mañana cualquiera yo no despertara. En pocas palabras, no quería seguir viviendo.

     Dos semanas después del incidente, había despertado decidida a que ya no quería continuar con esta farsa, este juego que nunca quise jugar. Y bueno, tal vez pude haber sido más creativa en aquel momento, pero es hoy en día que agradezco que otras insensateces no se me hayan pasado por la cabeza. Cuando despierto, salgo de  casa  y espero a que el semáforo de la señal del paso al conductor. Ese era mi plan. Colocarme en medio de toda la calle y esperar a que un auto me llevara por delante. Aun así, algo no se me había pasado por la cabeza en ese instante. Santiago tenía la costumbre de irme a buscar todas las mañanas para irnos desayunar juntos. Ese día se me había olvidado en lo absoluto; así que, poco antes de que el auto me atropellara por completo, Santi se percato de lo que quería hacer y corrió rápidamente para echarme a un lado. No fue lo mejor y cuando lo recuerdo sigo arrepintiéndome de tal locura. No tengo idea de que fue lo que paso y… creía que este tipo de cosas solo ocurría en la televisión, pero… Había escuchado que el verdadero amor es aquel que da la vida por los que ama. Yo tuve el placer de tener un verdadero amor. Sin embargo, si llegara a tener el poder de retroceder el tiempo, lo haría sin pensarlo dos veces.

      Parecía que todo hubiera pasado en un día ¡PERO NO! ahí es cuando te das cuenta del milagro de la vida y por supuesto, miles de preguntas sin explicación que se te pasaran por la cabeza. Cuando despierto una mañana, despierto en una clínica, pero un año después de lo sucedido. En seguida, veo como las enfermeras corren exasperadas buscando al doctor y gritando: “¡Doctor! ¡El paciente ha despertado, el paciente ha despertado!”- ¡ESPEREN! ¿El paciente? ¿Qué era lo que estaba ocurriendo? El Doctor comienza a examinarme y veo como mis padres corren hasta la habitación felices. No entendía nada de lo que estaba pasando, no comprendía la felicidad en los rostros de las personas.
     -¿Qué está pasando? No entiendo porque están tan felices, ¿Qué pasó mamá? ¿Dónde está Santiago?- dije un tanto exaltada, apunto de explotar.

-¡Tranquila cariño! Todo está bien ahora y podrás continuar con tu vida- Casi nunca entendía la paciencia de mi madre, cuando ella te hablaba era como si un grupo de querubines estuvieran a tu alrededor tocando el arpa. Era  una gran persona  y recuerdo que desde pequeña siempre quise ser como ella: Tan dulce, elegante, sencilla, buena, amorosa ¡SI! La mujer perfecta. Es por eso que mi padre decidió casarse con ella, él era un hombre muy audaz ¡Y lo mejor! Ha amado como nunca hasta el último momento de su vida.
     Mis padres siempre lucharon por mí, era todo lo que tenía y estaba completamente agradecida por eso. Sabían cuando y como decirme las cosas. Y es que… ¡Aun es increíble que haya estado en coma todo un año!

-Esto es un verdadero milagro hija, Dios aun tiene una misión para darte en este camino- Repetían mis padres, aun felices de que yo al fin haya despertado. Todavía no lo comprendía ¿Si yo deseaba morir? Entonces… ¿Por qué aun sigo viviendo? ¿Acaso algo magnifico me sucederá de una vez por todas? No lo se tal vez si, tal vez no. Pero de lo que si estaba segura era que nada sería como antes. Santiago era mi fuente de energía y continuar sin él sería difícil. Había dado su vida por mi ¿Saben? Y sentía que no podría volver a encontrar a alguien como él, que me mantenía segura y por sobre todo muy feliz.

      Fue devastador   la primera vez que tuve que ir a visitar su tumba. ¡No quería! ¡No podía! Pero tenía que hacerlo. Así que, asistí al cementerio un día donde la gente estuviera sumamente ocupada como para tener tiempo para orarles a sus seres queridos. Había comprado tulipanes y no es que a mi me encante, pero Santiago decía que eran las flores más hermosas, únicas y autenticas. Poco comunes, y eso, las hacia especiales. Una vez que llegué hasta el lugar donde estaba sus restos, miles de imágenes pasaron por mi cabeza; todas eran hermosas, hasta que leí la fecha de muerte en su placa… ¡QUE ESTÚPIDA FUI! Nada de esto hubiera pasado si yo no hubiera cometido aquella locura un 5 de Agosto. Pero ya nada podía hacer. Solo me arrodille a llorar y decirle que nada sería igual sin él, que desearía que esto hubiera pasado o que por lo menos estuviéramos juntos en la tierra o en el cielo. Santi no deseaba verme así ¡NO! ¡JAMÁS! Él siempre hubiera querido lo mejor para mi, volver a enamorarme, hacer una familia y continuar con mi vida siendo feliz, teniendo la certeza de que siempre estaría a mi lado pase lo que pase. Pero yo no quería, ¡Estaba resignada! Cerrada ante cualquier tipo de emoción ¡Y NO! ¡No quería dar brazo a torcer!

     Cuando me marcho del cementerio algo inusual me había pasado, justo antes de irme se me cruzó un patinetero mientras conducía.

   -¡¿ESTAS LOCO O QUE?! ¿Cómo te vas a cruzar en medio del camino eh? ¿Acaso no respetas al conductor?- Le dije al hombre que intentaba volver a ser un niño a quien le gusta patinar.

- Disculpe, pero es usted quien está mal ¿Sabes?-Dice el hombre intentando callarme- Es paso peatonal y claro, ¡Por supuesto que respeto al conductor! Yo también conduzco ok. Pero el que prefiera andar en patineta es otra cosa- debo decir que enseguida me puse de muy mal humor. Así que arranque con el auto y me fui, para no tener que discutir más. A pesar de todo, el hombre intentó ser educado expresando que tuviera un buen día. No tenía ni la menor idea de que por que un patinetero se encontraba en el cementerio aquel día. Evidentemente estaba que explotaba, agarran todos los lugares que les plazcan para hacer una de sus tantas maniobras. ¿Qué acaso no respetan a los muertos? ¿Qué es lo que se les pasa por la cabeza cuando deciden interrumpir el descanso de ellos? Al menos eso era lo que yo creía. Procure no darle tanta importancia al asunto y seguí con mi rutina de siempre, intentando no amargarme más el día.

     A veces me pongo a pensar por que la vida da tantas vueltas, que a pesar de ello ¡Son perfectas! Y saben el momento indicado para darlas. Al principio creí que era un espantoso karma, ¡Pero no es así! Una mañana mientras caminaba para ir al supermercado me tope con el patinetero del cementerio, en seguida le lance una mirada para que se apartara de mi camino.

    -Mi día era esplendido, hasta que me tope contigo. Si me disculpas, estoy apresurada como para quedarme  a hablar de cosas innecesarias- Le dije al hombre para que no intentara cruzarse por mi camino más nunca.

-¿Siempre eres así de amargada? ¡Oye! Yo no te conozco pero la vida está llena de magia ¿sabias? ¡Vamos sonríe! Te escondes detrás de esos lentes y ese moño. ¡VIVE, RESPIRA! – Dice el hombre, la verdad no se que intentaba. Sentía que se burlaba de mi; como si el supiera lo que me había pasado.

- ¡La vida está llena de magia!- Dije con gran ironía- ¡Por supuesto que si! Tanta magia que la misma hace que desaparezca. Hágame un favor y deje de meterse en mi vida, usted no sabe por lo que yo pase ¿Ok?
     Antes de partir el hombre me tomo del brazo muy suavemente y me dijo que aunque no supiera quien era yo, si estaba dispuesto a saberlo y a no juzgarme fuese lo que fuese.

-Mi nombre es Javier. Y debo decir que es un placer tropezármela todo el tiempo. Tengo 26 años y vivo una vida totalmente extrema en plena libertad.

    ¿En plena libertad?-pensé- ¿Acaso este chico quiere provocarme infartos en medio de todo lo que hace? Sabía que no tenía malas intenciones, pero debía dejarle los puntos claros:
-Yo no vivo una vida agitada ¿Comprendes? Todo eso me enferma, me produce migraña. Así que no intentes cambiarme- Tal vez, no fue la mejor manera de hablarle a Javier, me precipite un poco y dije cosas que él jamás hubiera intentado- Por cierto, mi nombre es Ana María.

     Me costo mucho tratar con Javier, estaba devastada por lo que me había ocurrido y conocer gente nueva no estaba en mis planes. Sin embargo, con el pasar de los días me fui divirtiendo con él, me invitaba a salir, me hacía reír y hasta me enseño a usar su patineta. Mi vida cambio por completo. Ya no usaba esos feos trajes de señora, ni miraba a la gente mal en la calle. Era como si… hubiera vuelto a nacer. Su compañía me sirvió de mucho y sin darme cuenta, ya nos habíamos convertido en una excelente pareja.

     A pesar de todo, Javier sabía lo mucho que significaba Santiago en mi vida. Podría decir que es un poco parecido a él. Nunca deja de escucharme ni mucho menos de estar a mi lado.  Había conseguido a alguien que me llenaba de luz. Y bien, estaba segura por primera en mi vida. Así que un día decidí que dejara de ser yo la que necesitaba de contemplación y hable con Javier. Sabía que algo lo perturbaba, lo mantenía triste y un tanto encerrado y aislado de las personas. Necesitaba ayuda, y yo, estaría dispuesta a lo que fuera con tal de sanar sus heridas. Tal vez tenía que ver con su padre, ¡De eso estaba segura! Hace unos días me había confesado que se encontraba aquel día en el cementerio visitándolo. Casi no me hablaba de él, no sabía si era una buena o mala persona; tan solo que había fallecido casi al mismo tiempo que Santiago. Luego de una extensa charla dijo lo que por fin me hizo entender el por qué de sus sentimientos.

     -Soy igual a él ¿Sabias? La misma actitud, los mismos gestos,  patinar y bueno... igual de borracho. Y, no quisiera que me pase lo mismo; a pesar de todo era un gran tipo. Y bueno, tal vez esto le sucede a todo el mundo pero, aun no supero el que se haya marchado. Era mi compañero, mi amigo y nadie podrá cambiar eso. Ame más a mi padre que a nadie. Murió en un accidente, él estaba manejando y el volante se le fue.  Sin embargo, debo seguir con mi vida, soy lo que soy gracias a mi padre y eso nadie lo cambiará.

     Es curioso, pero por alguna razón algo nos había unido a Javier y a mí. Ahora más que nunca sé la razón por la cual seguí viviendo después de aquel accidente. Tenía que darme cuenta de las maravillas de la vida y agradecer cada segundo. No dude ni un instante cuando regrese al cementerio a visitar a Santiago, está vez estaba feliz, renovada y dispuesta a luchar. Le conté todo lo que me había pasado. Que había conocido a un chico del cual me enamoré, que estaba sumamente contenta y que todos los días lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Sé que eso era lo que él quería para mí más que nunca, que siguiera con mi vida y descubriera el milagro de ella. Mil  veces me lo pregunte desde niña ¿Saben no? Si la magia existía, hoy estoy segura de que siempre estuvo conmigo desde un principio, y que de ahora en más, cada vez que mire al cielo y observe las nubes tan cerca de mí, sabré que alguien muy especial sonríe para mi, regalándome siempre esa luz que me ilumina en lo más profundo de mi alma.


     


miércoles, 7 de marzo de 2012

Silencios


     Hay un monologo irritante que no para de perturbarme en mi cabeza, o bueno…Eso creo yo. Excesivas palabras, abundantes silencios y pocos hechos. Y…En mi mente corría muy lejos, llegaba a un lugar desconocido que no había visitado. ¿Era una pradera? ¿Un campo? O… ¿Un bosque tal vez?, se veía el humo de mi respiración, del infernal frío que se encontraba en aquel lugar; solo grandes pinos y troncos era lo que yo podía observar. Un cielo gris, como si estuviera a punto de anochecer ¡PERO NO! Apenas el día estaba comenzando y la noche al parecer seria aun más larga. Observaba siempre al horizonte, tratando de encontrar alguna especie de utopía. Pero más allá de él, se desplegaba un bosque mucho mas frío. Era la única persona en aquel sitio, podía gritar sabiendo que nunca me iban a escuchar, podía correr sabiendo que nadie me iba a perseguir y podía estar en calma sabiendo que no encontraría preocupaciones. Porque nada se podía escuchar, solo existía silencios, y… ¿Qué es el silencio? Nada, o tal vez sea mucho. 

      Soy escritora, trabajo con las palabras, ¡Amo las palabras! Un día comencé a escribir y supe que allí me estaban empezando a escuchar mejor,  pero cuando la palabra perdió su valor, todo lo demás también desapareció, porque una palabra dicha o no dicha, susurrada, gritada, escrita DESATA MIL HURACANES. Cuando la palabra te atormenta, te destruye, te vuelve inmune, el silencio te rescata. El silencio tiene miles de habilidades y pocas veces lo podemos ver; es un arma de doble filo y no lo sabemos. Cuando el perdón dejo de ser una palabra bendita, el silencio es la respuesta. Cuando tu mente no para de quejarse, el silencio juega contigo, no dándote respuestas, si no algo mucho más importante: PREGUNTAS. 

     Fuera del frío bosque, se encontraba la realidad, aun mas silenciosa, pero desesperante. Solo una habitación de cuatro paredes, totalmente oscura y una ventanilla que alumbraba el centro del lugar. Ese gran silencio me hacia pensar, me regalaba soluciones y me desesperaba en medio de nada. Me traía paz, pero luego se aproximaba la desolación. Me convertía en un ser importante, pero después en alguien insignificante. Parecía un juego de bipolaridad, causado todo por la falta de melodías. Más allá del silencio no había nada mejor: el sonido de una copa de cristal rompiéndose, el grito perturbador de una criatura y el llanto de una mujer que acababa de ser golpeada. 


     “Hay un monologo irritante que no para de perturbarme en mi cabeza, o bueno…Eso creo yo. Excesivas palabras, abundantes silencios y pocos hechos. Y…En mi mente corría muy lejos, llegaba a un lugar desconocido que no había visitado”.  Un silencio, una palabra sencilla o un monologo irritante, TODO HABLA, TODO DICE. Aunque te encuentres en el peor silencio frío y atormentador, que te lleva a descubrir quien eres, que quieres, que harás,  en la vida que te toca llevar.